Cómo es extraña la memoria; ojeo "El fulgor", en una edición que me acompaña en la estantería desde hace cerca de quince años y en la que no recuerdo haber profundizado nunca, y de repente me encuentro mi escritura a lápiz bajo un poema, traduciéndolo a una lengua que hoy casi he perdido. No recuerdo haber leido antes ese poema; no recuerdo que me conmoviera especialmente, hoy no lo hace. Sin embargo, ahí está la evidencia de que algún día me importó lo suficiente como para que le dedicara un tiempo a traducirlo.
Comme si apriva il corpo del amore ferito
comme se fosse un uccello di fuocco
che tra le mani cecche si brusciasse.
Non ho saputo il limite.
Le acque
che potevano scendere dalla tua cintura
fino al bordo terribile della sette,
le acque.
(Cómo se abría el cuerpo del amor herido
como si fuese un pájaro de fuego
que entre las manos ciegas se incendiara.
No supe el límite.
Las aguas
que podían descender de tu cintura
hasta el terrible borde de la sed,
las aguas).
De "El fulgor", J.A.Valente. Galaxia Gútemberg-Círculo de Lectores, pág. 209.
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