Matar a un hombre. Romper una promesa.
Anunciar un futuro venturoso
en un tiempo de ruina e ignominia.
Ser ignorante de la ley. Marcharse
de las bodas aprovechando un brindis.
No atender las señales de ahí afuera
-los pájaros, las nubes, el olor de las cosas-
como el que no corre por el andén
pues sabe que otro tren vendrá más tarde.
Hacer las cosas como si no fueran
un fin en sí, un empeño inaplazable.
Reventar en silencio. Tragar bilis.
Ser autocomplaciente. Ser a medias.
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